lunes, 31 de enero de 2022

Cansada mi alma


 
CANSADA MI ALMA


Padre,
¿dónde están esos paseos
que me prometió tu alma?

¿Dónde esas playas
que nunca recorrimos?

Se nos fue la vida a ambos
y el reloj implacable del tiempo
se hundió en el mar
de mi soledad.

Papá,
yo era una niña
y anhelaba tu regazo
para mecer mis sueños
pero te fuiste
por tus caminos bohemios
y nunca
mi tristeza percibiste.

Y hoy que para nosotros
ya se hizo tarde,
me he dormido en el eco
de tu silencio,
cansada mi alma de esperarte.

INGRID ZETTERBERG

Dedicado a 
mi amado papá

miércoles, 19 de enero de 2022

Vocablo amado

 


VOCABLO AMADO


Mamá,
pétalo celeste
arrancado de mi alma.
Hoy mis ojos se pasearon
por tus letras,
congoja de tu níveo sentir.

Volcaste tu pureza
de ave fugaz,
de vuelo eterno
en un papel.
Hojas amarilleadas
por el tiempo
que nada perdona,
tu voz aún se mece
entre esas líneas
húmedas de lágrimas...

El ayer me devuelve
tu suspiro de madre
en aquel tesoro
que guardo mustio...
páginas que agonizan
en mis manos.

Mamá,
palabra errante,
palabra que me visita
desde el pasado;
como una niebla
acaricia mis mejillas.

Dulce vocablo amado
que olvidaron mis labios...
Mamá,
todo era un aroma
de azahares junto a ti...
Confidencias vertidas
en añoradas tardes,
y el café con leche
de tus manos buenas;
¡Nunca habrá otro
que sepa a tanto amor!

Mamá, ¡no te vayas! Regresa,
hoy le imploro a ese hondo túnel
que me devuelva tus pasos,
aunque nuestro antiguo sendero
se haya marchitado.

INGRID ZETTERBERG

  Dedicado  
a mi amada mamá
Año 2,016

lunes, 17 de enero de 2022

Cuando me haya ido...

 


CUANDO ME HAYA IDO


Cuando me haya ido
y una losa blanca
cubra mis lágrimas,
hijos de mi entraña;
recién en ese álgido momento
se enturbiarán sus almas,
y escucharán mis pasos
leves y quebrados
recorriendo
los rincones enlutados.

Querrán una vez más
que llegue a sus oídos
el susurro de mi voz,
llamándolos...
¡Hijos míos!

Caricias de madre,
miradas suplicantes
se habrán tornado en olvido.
Y ese beso ausente
quedará flotando
lejos 
de mis ansias de cariño.

Recién le darán valor
a las letras
concebidas en mi latido,
volcadas en sus nombres,
impregnadas de un amor
que sólo Dios conoce.

Cuando me haya ido
querrán llamarme
y caerán en la cuenta
con dolor e impotencia,
que ya por siempre
se habrá hecho tarde.

INGRID ZETTERBERG

Dedicado a mis 
cinco amados hijos

Copito rosado

 


COPITO ROSADO


Vienes a mis brazos
volando
en la brisa de invierno
cual ave diminuta
agitando tus leves trenzas...
Vienes cual colibrí
de lejanos bosques,
pequeña y dulce mía,
copito rosado de algodón;
minúsculas manitas
que se aferran a mi cuello...
Oh, tarde de Julio
inolvidable y blanca,
me entregas la dicha
en esa nieta amada.

¿Cómo no amarla
si trae a mis años
azules tiempos de paz?
Vocecita adormilada,
suave arrullo
que aprendió mi nombre
y me alegró en campanas
de felicidad.
Dos añitos de ilusión
en cánticos de amor,
esa eres tú
mi muñequita de Holanda;
Valeria de mi sangre,
ya sólo miro por tus ojos;
ya sólo vivo para añorarte
y cuento los días
para mecerte en mi regazo
de abuela y madre.

INGRID ZETTERBERG

Dedicado a mi amada
nietecita Valeria
en el año 2,016

Morir de amor


 
MORIR DE AMOR


Morir de amor,
de recuerdos,
de un ayer que duele.

Irrevocable ausencia
de dos
¡que se amaron tanto!
que ya no son más.

Quisiera retornar
a los años celestes,
a las piedrecillas
en mi ventana
que me anunciaban
tu llegada.

Ecos de risas
regresan del pasado,
juegos de niños
de tanta juventud
que se desbordaba
en aquel beso tuyo
que agonizaba
en mis cabellos...

Mariposa alada
que de pronto
toda azul se posaba
entre las rosas,
que humildes
me ofrendaban
tus manos.

Hoy las nieves del tiempo
van tiñendo
nuestras cabezas...
Tus ojos se nublan
y mi voz se quiebra
en estos versos alados
que intentan
alcanzar tu silencio.

INGRID ZETTERBERG

Año 2,015
Dedicado a mi esposo,
a quien amé mucho
cuando aún yo no había 
perdido la esperanza

A mi amado papá

 


A MI AMADO PAPÁ


Padrecito mío
no puedo desligarme aún
de aquella larga mirada triste
que extendiste hacia mi alma
por el viejo callejón.

Fue una tarde de tantas
en que yo abandoné tu casa,
y te dejé en tu antiguo sillón,
donde te tornaste niño
y balbuceabas a veces
incoherencias que punzaban mi dolor.

Era tu edad avanzada,
tu mente perdida
en un oscuro rincón,
sonreías tímidamente
y tu breve risa
terminaba siempre
entre tibias lágrimas que enjugaba yo.

Y así te fuiste ausentando
del sendero de la vida,
y una noche de mayo
me dieron la noticia...
No hubo llanto en mis ojos,
sólo una quietud
que venía
de lo profundo de tu alma,
hacia la mía...

Las hojas del almanaque
fueron cayendo vencidas.

Y hoy que los recuerdos del ayer
avasallan mi sentimiento,
me diluyo en sollozos
que no puedo contener.

INGRID ZETTERBERG

Dedicado a mi amado papá 

Palabras a mi hija




PALABRAS A MI HIJA

Hija amada,
¿hacia dónde van
tus desnudas huellas,
en este invierno
que asoma
sus horas primeras?

El cristal
del cadencioso mar
te saluda en sus ondas,
pero tus miradas absortas
en el horizonte,
están solas...

Eres la caminante
que se lleva mi vida
por la sinuosa orilla...
Hija amada,
te veo en la lejanía
llevando el sombrero
de la flor amarilla,
que te obsequié con amor.

Tu cabello frondoso
lo mece la suave brisa,
y sólo quería decirte
que tu soledad es mía;
y que amo tu silueta descalza
con tu vestido azul cobalto
bordado por mis manos...

Hija amada,
regresa a casa,
desde tu soledad
hasta mi alma
no existen distancias.

INGRID ZETTERBERG

(Inspirado en mi amada
hija Stephanie) 

¡Madre!

 


¡MADRE!


Amada mamá,
ya te has ido
como esas hojas de otoño
que se dispersan
con el viento.

Nunca más
tu sombra humilde
rozará la alcoba
que te vio partir
aquel noviembre.

Como esas aves
que emigran
hacia el misterio
te alejaste de mi sendero,
¡madre!

Como esas aguas
que se deslizan del manantial,
has descendido al silencio
y mi voz olvidó
la palabra "mamá".

Mi voz gastada
ya no te nombra,
quizás a veces a solas
inutilmente
vuelvo a ser niña
y te llamo en mi dolor.

Pero tú te quedaste
en aquel oscuro rincón,
olvidada en tus cenizas
y está desierto tu balcón.

¡Madre!
no te vayas,
que no dejen tus manos
de acariciar mis cabellos,
que el temblor de tus dedos
abra aún
el precario monedero
para ofrecerme
unas monedas de puro amor.

¡Madre!
¡cuánto has aliviado mis penas!
en cada época de mi vida
fuiste sembrando
tiernas semillas,
doradas y pulidas
en el huerto de mi corazón.

¡Madre!
Ahora ya reposas en mí,
te guardo en mi alma
para siempre
y tus últimas miradas
de ruego y silencio
descansan en mi recuerdo.

INGRID ZETTERBERG

Dedicado a mi amada
mamá

sábado, 15 de enero de 2022

Valeria de mis amores

 


VALERIA DE MIS AMORES


Mi Valeria,
inocente vaivén
abrazada a tu muñeco
de felpa.

Boquita refinada
entre lánguidos pucheros
que intentan el llanto.

Manitos afanadas
en rasgar papeles
de colores vivos.

Bucles castaños
se mecen con gracia
en tu cabecita,
mientras paseas en coche
a tu muñeca favorita.

Mi Valeria,
mejillas de ternura
que son la locura
de la abuela,

piernitas rechonchas
que trepan y saltan.
Valeria de mis amores,
tu vocecita es de alondra.

INGRID ZETTERBERG

Dedicado a mi amada
nietecita Valeria

viernes, 14 de enero de 2022

No me olviden

  


NO ME OLVIDEN



Quiero que me recuerden
cuando yo me haya ido,
en mis versos fragantes.
En esas palabras heridas,
que flotan en el ocaso.

Quiero que el desgarro
de mi alma
en el misterio sea guardado.

Campanillas de un "te quiero"
van repicando dulzura
en cada estrofa mística
de mis años.

No me olviden.
Con ese fin los he amado.

INGRID ZETTERBERG

Dedicado a mis amados
hijos y nietos

Tu olvido

   


TU OLVIDO

Entrar en tu olvido
ha sido
envejecer de golpe...

No saber de tu voz
ni del acero
azulado de tus ojos.

Rostros desconocidos
desfilan
en la oscuridad
de mis días.

Miradas ajenas
me invaden
de angustia...

Mensajes carentes de luz,
de almas
que transitan
mi vereda.

Mensajes que no vienen
de tus manos,
carecen de sentido, hija mía.

La vida gira
como un loco carrusel,
y en medio
de multitudes
voy buscándote.

Pero te escondes
de mi sed,
de mi voz maternal,
de mis abrazos
que desmayan.

Hija amada,
mi umbral está vacío,
¡vuelve a casa!


INGRID ZETTERBERG

Dedicado a mi amada 
hija Stephanie en el tiempo
en que estuvo viviendo
lejos de mí.

Año 2,015



Consuelo de madre

   


CONSUELO DE MADRE

Cada noche
en mi aflicción
espero una misiva...

Una esperanza
cansada
se avecina
a mi alma.

Hija amada,
guardo mis versos
para tu soledad
que es la mía;

tus ilusiones
quedaron rendidas
en tus jóvenes años,
mas yo tengo palabras
para ti
en el cuenco de mis manos.

Yo soy, hija mía,
aquel blanco pañuelo
que necesita tu llanto.


INGRID ZETTERBERG

Dedicado a mi 
amada hija Stephanie



Tu silencio

   


    TU SILENCIO

Los días corren
apresurados
como loca ventisca.

Y yo te aguardo
hija de mis dolores.

Tu ausencia
es una hoja quebrada
llevada por el soplo
de un otoño
que sólo existe
en mi alma.

Tu silencio
es una puerta
cerrada
a mi dolor.

Tu espalda
diviso
en la distancia
y ecos de tu voz amada
se pasean
en mi senda desolada.


INGRID ZETTERBERG

Dedicado a mi amada
hija Stephanie
cuando en un tiempo
estuvo viviendo en 
su propio nidito
y yo no podía verla.



Navidad junto a ti

   


NAVIDAD JUNTO A TI

Árbol de navidad
de azules matices,
dulce símbolo
de tus pasos
en mis umbrales,
de tu sonrisa,
oh, vuelo de mariposa;
hoja blanca
de mi añorado invierno.

Hoy mis miradas
hurgaron
tu tibio rincón,
el buen gusto
de tus manos
afloraba
en ese halo de misterio
que dejan tus huellas.
Tu nido nuevo
de esperanza
y libertad.

Hija amada,
hoy visité
tus sueños;
tu claridad
infinita,
tu delicado
espíritu,
que canta...
Que tiene anhelos
de un mañana,
como yo junto a ti,
en esta navidad
de champagne
y ríos de alegría.


INGRID ZETTERBERG

Dedicado a mi amada
hijita Stephanie,
Navidad 2,015



domingo, 9 de enero de 2022

Mujer valiente

 MUJER VALIENTE


Mujer,
yo te conozco
de mis eras...
de cuando recogías
las uvas
que sembraban
las estrellas.
Vides profundas
de racimos rellenas.

Yo te conozco
de los maizales,
de la parcela aquella
donde sacabas
a hurtadillas
las mazorcas tiernas,
y se llenaban
tus brazos
con el fruto
de la tierra.

Pero emigraste
por nuevos rumbos
y echaste raíces
en ajenas estepas.

Mujer de lucha
y avatares,
que doblaste tu espalda
para lavar ropa extraña.
Hoy eres madre
y aún de noche batallas
por la harina y el pan
que con reprimidas lágrimas
llevas a tu morada.

En tus ojos
van quedando huellas
de horizontes lejanos
cargados de desvelos...

Tienes un hijo amado
por el cual
se hacen pródigas tus manos;
y te vas abriendo camino
a punta de hacha y espada.

Has luchado
y has vencido,
y hoy que ya se fueron los años,
mi voz te aclama
y te nombra:
¡Mujer valiente y esforzada!

INGRID ZETTERBERG

Dedicado a mi amada
hija Claudia cuando vivía
en los Estados Unidos.
Año 2,006



El bouquet



 EL BOUQUET


Como que ya pasaron
muchos años
y todo quedó en el ayer,
me dicen las marchitas flores
de tu bouquet.

Ajadas igual que el tiempo
han quedado.
Su diáfana blancura
se convirtió en amarillez.

Hija mía, han muerto las flores
del hermoso día aquel
en que le entregaste el sí
a tu novio bien amado
y hoy eres muy feliz.

Pero yo con nostalgia guardé
las blancas cintas de gasa
que envolvían las flores
de aquella mañana que se fue.

INGRID ZETTERBERG

Dedicado a mi amada
hija Natalie

sábado, 8 de enero de 2022

La muerte de mi padre



LA MUERTE DE MI PADRE

Desde la ardiente morada
se divisan
los últimos vestigios
de un sol de sangres
que va muriendo ya.
Y la redonda campana
de la cercana aldea
comprendiendo mi tristeza
me llama para orar.

En la casa
de cortinas enlutadas,
tendido sobre un lecho
está mi padre,
mientras la última
mariposa de la tarde
con sus alas de oro
va alumbrando aquel semblante
de gran serenidad.

A lo lejos
las blancas lápidas
del cementerio 
a través de los cristales
se puede vislumbrar.

Paletadas de tierra
caen sobre el féretro
y en lo hondo resuenan...

¡Oh triste solemnidad!

Un arrullo de sombras
se mecen como un manto,
y un pájaro extraño
aletea entre las fosas
y en su graznido va elevando
hacia Dios
su cauteloso reclamo.

INGRID ZETTERBERG

Dedicado a mi amado papá
(Al imaginar su entierro,
al que nunca asistí)

 

Son mis días

 


SON MIS DÍAS


Sobre mi cuaderno
se gastaron mis lágrimas.
Mi angustia recorrió
sus gastadas páginas.

Son mis días
una obsesión cansada
de tu amada vida.

Te llamo
y no respondes,
tu corazón
no presiente mi voz.

¿Hasta cuándo
esta ubérrima soledad?
¿Hasta cuándo
no te quedas en mí?

Son mis días
un sacrificio necesario,
para esperar tu amor.

INGRID ZETTERBERG

Dedicado a mi amada
hija Stephanie cuando 
no contestaba su celular.

Mi Capitán

 


MI CAPITÁN

¡Cómo se han ido los años!
desde aquel día en que mi hija Claudia
me dijera: 
"Mamá, en la casa de un amigo
hay un cachorro San Bernardo,
y lo hacen dormir a la intemperie,
todo mal alimentado.
¡Mamá, no lo quieren!

Yo me opuse unos días,
pero finalmente me dejé convencer.
Y en un atardecer soleado
fuimos a recoger
al ejemplar más hermoso
que he visto en mucho tiempo.
Su pelaje suavísimo,
parecía el de un conejo.

Era blanco y de orejas pardas.
Inmediatamente se adueñó
de nuestros corazones.
Le pusimos por nombre: "Capitán".
Y con nuestro cocker spaniel
hizo inmediata amistad.

Muy pronto nuestro San Bernardo
fue creciendo,
y se mostraba territorial;
buenos sustos nos dio
persiguiendo al cartero,
y mordiendo por aquí y por allá.
Pero con nosotros
era un perro mimoso,
dócil y tierno.

Su comida era un festín
en la refrigeradora,
que él mismo con el hocico
aprendió a abrir.
Hasta que mi esposo lo detuvo
de un sólo zas,
y entonces empezó a contentarse
con su comida de bolsa:
"Ricocán".

Yo lo llevaba de paseo,
pero era más bien él
quien me llevaba a mí.
Su fuerza era terrible.
Había engordado y era ya
un hermoso mastín.

Mi hija Claudia lo llevaba a correr
y a visitar la chacra
que está en frente
de nuestra casa.
Allí Capitán se asustaba
y sorprendía, de ver animales
que lo superaban en tamaño,
como las vacas y los caballos.

En las noches dormía
bajo la cama de mi hija menor,
ella era su preferida,
aunque él siempre supo
que yo era "su mamá",
la que más lo engreía.

La gente en sus camionetas
se detenían,
y familias enteras asomaban
por las ventanillas
para verlo pasar.
Muchos me preguntaban
su nombre y por acariciarlo
suspiraban.
Pero él era un peligro
para el vecindario.

Fue pasando el tiempo,
y de pronto se fue apagando.
Como que le faltaban las fuerzas,
no comía como antes
y estaba adelgazando.
Lo llevé a muchos médicos
inutilmente.
Nadie supo darme un diagnóstico
temprano.

Finalmente
mucho jadeaba,
y le apareció un bulto enorme
en la garganta.
El último veterinario me dijo
que de un sarcoma se trataba,
mientras mis lágrimas corrían.

No podía verlo sufrir más.
Esa misma tarde
lo saqué con su correa
por los mismos caminos
por donde vagabundeáramos
tantas veces felices,
y lo llevé al triste jardín del callejón,
donde señorea un sauce solitario.

Y allí mi Capitán fue sacrificado
en medio del canto de los pájaros.
Se fue yendo lento,
mi perro amado
y sus ojitos se cerraron.
Solamente vivió seis años.
Y allí mismo, junto al sauce llorón,
lo enterramos.
Hoy visitan su tumba las mariposas,
y algunas veces nuestros pasos.



INGRID ZETTERBERG

Dedicado a mi amado
perrito "Capitán", que aquí abajo
está durmiendo junto a nuestro
perrito cocker spaniel "Pelusón"







Niña mía

 


NIÑA MÍA


Hijita mía
te extraño.
Escucho tu voz
en el fondo de la casa
mientras dormito
en la madurez
de mis días.

Extraño tus manos
alargadas y finas
que tejen bufandas
de lana exquisita,
que saben pintar
joyeros con mariposas.

Hija amada,
escogida
entre tus hermanas,
los años se han marchado
y se consume ya
mi vida.
Necesito tu mirada
de azul acero.

Tu sonrisa
en los inviernos,
tu hablar en la brisa
de nuestros paseos.

Niña mía,
aún habrá paz
en mi sendero,
escuchando tu risa
en los secretos
del viento,
en nuestras noches
de vigilia.

INGRID ZETTERBERG

Dedicado a mi amada
hija Stephanie

A mi Capitán

(Foto tomada por mí) A MI CAPITÁN Era un pompón como ningún otro. e impactante, y desde muy joven muy territorial Mi perro Capitán era un Sa...