TU OLVIDO
Entrar en tu olvido
ha sido
envejecer de golpe...
No saber de tu voz
ni del acero
azulado de tus ojos.
Rostros desconocidos
desfilan
en la oscuridad
de mis días.
Miradas ajenas
me invaden
de angustia...
Mensajes carentes de luz,
de almas
que transitan
mi vereda.
Mensajes que no vienen
de tus manos,
carecen de sentido, hija mía.
La vida gira
como un loco carrusel,
y en medio
de multitudes
voy buscándote.
Pero te escondes
de mi sed,
de mi voz maternal,
de mis abrazos
que desmayan.
Hija amada,
mi umbral está vacío,
¡vuelve a casa!
INGRID ZETTERBERG
Dedicado a mi amada
hija Stephanie en el tiempo
en que estuvo viviendo
lejos de mí.
Año 2,015
No hay comentarios.:
Publicar un comentario