HOY QUIERO SER FELIZ
Pequeña mía, mi Constanza,
pedacito de mi entraña,
ya sabes decir mi nombre
con tu voz de campana.
Y me llevas de la mano
a recorrer tu mundo de colores;
tu osito en miniatura
y la casa de muñecas
que tu madre construyó
me inspiran dulzura.
Eres un adorno de girasoles
para mis años que ya se extinguen
en los umbrales de la noche.
Hoy quiero verte crecer
cual un tallo de añil
con ese índigo que rodea tu frente,
no quiero irme antes de tus trece;
hoy quiero ser feliz.
INGRID ZETTERBERG
Dedicado a mi amada
nietecita Constanza
De mi poemario
"A la sombra del ñandubay"
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