jueves, 17 de agosto de 2023

Así te amo...

 


ASÍ TE AMO

Mis manos
no poseen nada
desde que no te tocan,
y tus latidos
permanecen aún
en mis venas
para lastimar
mis sentidos.

¿Dónde estás
solitario amor
de la noche?
Me hacen daño aún
tus pasos,
y me duelen
las caricias
de tus manos.

Aún te veo llegar
en mi recuerdo,
ataviado de atardecer
y de sueños.

Así te amo.

Ya no queda vida en mí,
y deambulando
como un fantasma
te busco,
y mis ojos te pierden
aún más
cuando llega la tarde.

INGRID ZETTERBERG

Dedicado a mi esposo
en la época de juventud
Año 1,976

De mi poemario
"El canto de la tórtola"

Derechos reservados



viernes, 4 de agosto de 2023

A mis cinco hijos, mi eterno agradecimiento

 


A mis cinco hijos, mi eterno
agradecimiento

A mi Stephanie:

Esos cristales tienen algo
de la transparencia 
y finura de tus manos.
Hija amada, y aquella macetita
tiene mucho de tu esencia.
Gracias por tus anécdotas
vertidas en la medianoche,
por nuestras palabras que fluyen
y van y vienen entre risas,
que mañana serán un pasado,
una sombra que exhaló el tiempo.
Cuando yo cierre mis ojos
me llevaré tus ofrendas como un recuerdo.

A mi Raphael:

Hijo, gracias por acompañarme
en mis pesares y fatigas,
por tu protección a tu manera,
por ir delante de mí,
con esas tus largas piernas
que no saben esperarme.
La sazón culinaria
de tus manos
son mi deleite
en cada atardecer.

A mi Favio:

Hijo mío, gracias por asomarte
a mi oscuridad
con ese billete mensual.
Es tu ayuda en mi escasez,
es tu bondad encerrada en tu corazón
que muchas veces derramas
en la paz que me ofreces
para mitigar mis afanes.

A mi Natalie:

Mi hija, la que yo prometí al Señor,
gracias por visitar mis días
y hacerlos más plenos
con alguna frase que impacta mi corazón,
por coronar de margaritas
el sendero de mis pasos;
por tus orquídeas que crecen en silencio
coloreando nuestro patio.

A mi Claudia:

Gracias hija del alma mía,
que habitas en la lejana España,
que alargas mis noches y mis días
con bálsamo y maná,
misericordia que nace de tu entraña.
Gracias por tu voz envuelta en los ecos
de la distancia,
que consuela mis heridas
con tus promesas, tras mi llanto.

INGRID ZETTERBERG

Dedicado a mis 
cinco amados hijos

De mi poemario
"A la sombra del ñandubay"

Derechos reservados

A mi Capitán

(Foto tomada por mí) A MI CAPITÁN Era un pompón como ningún otro. e impactante, y desde muy joven muy territorial Mi perro Capitán era un Sa...