TODA TÚ
Hija amada
todo lo mío es tuyo,
y son mías tus manos
que se afanan diligentes
en vitrales
de amor y mariposas.
Tu lamparita
como reliquia del pasado
alumbró navidades
y lánguidos versos.
Años que se fueron
entre cenizas y lágrimas.
Y los pájaros pintados
se elevan en la fría pared
para recordarme
la tibieza de tu alma
que se asemeja
a mi nostalgia.
Toda la casa
destila tu fragancia,
tu arte
en paisajes
que tus dedos formaron;
artesana
de velas aromáticas.
Toda tú
caminas hacia el horizonte
con la sutil elegancia
de tu andar
y te escapas de mis noches
hacia las metas
de tu juventud.
INGRID ZETTERBERG
Dedicado a mi amada
hija Natalie
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