DEMENCIA SENIL
En un niño te has convertido,
Recogiendo de basurales
Tus pequeños trofeos.
Entre esos un reloj me obsequiaste.
A tu propia hija
le has llamado "madre".
Ya no eres el mismo de antes,
y hemos cerrado la puerta
Para cuidarte.
Te oigo hablar incoherencias,
y coleccionas muñequitas sin cabeza.
Tu mente se perdió.
Cuando menos nos dimos cuenta.
Sólo soy feliz cuando ríes.
y abrazas a tu blanca perrita.
Tu fiel compañera
que sólo para ti vive.
Cuando recoges en el jardín
del pino sus ramitas,
eso te alegra la vida,
Cuando sacudes la cheflera
y sueltas sus hojas secas
Te alborozas como un niño.
Luego dócilmente
te dejas llevar por tus hijos,
y yo sé que esos paseos
Te dan luz entre las sombras.
Pobre esposo mío,
hermano de mi tristeza
Mis oraciones te nombran.
INGRID ZETTERBERG
Dedicado a mi amado esposo
Derechos reservados.
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