EL PODER DE LA ORACIÓN
Te veo dar tus primeros pasos,
tus pininos hacia la nueva vida
de esperanza y alegría
hija amada, hija mía.
Pendiente está mi corazón de ti,
te amo con ternura
y renovadas ilusiones
como cuando eras mi niña.
Creí en mi dolor que te perdería
pero mis fuerzas se renuevan cada día.
Escucho tu risa
que doblega el silencio.
Escucho tu voz juvenil
que ha secado la fuente de mis lágrimas.
Dios atendió mi clamor,
y en su piedad me consoló.
INGRID ZETTERBERG
Dedicado a mi amada
hija Stephanie
Derechos reservados

Que a tua filha seja sempre muito feliz junto a toda a família, minha querida amiga.
ResponderBorrarO teu poema é de uma ternura imensurável.
Te abraço com carinho, feliz semana :)
Gracias querida Sao por visitar mis versos y dejarme tan bella respuesta y tan sensible que conmueve mi corazón. Un abrazo con mi cariño.
BorrarBendita oración, que cumplió su misión y ahora te ves compensada viendo a tu querida hija libre y sana, Ingrid...
ResponderBorrarMi abrazo entrañable y agradecido por tus buenos temas y tu cercanía.
Gracias querida Ma. Jesús por estar presente entre mis versos y dejarme tan bello comentario que valoro en gran manera. Un fuerte abrazo con cariño.
Borrar