NO TE OLVIDARÉ MAMÁ
Mi madre es una azucena
sin colores, ya marchita,
que se fue yendo despacio
muy lejos de su jardín.
Ya no me espera
mi pobre madrecita,
su casa tiene aroma de ausencia;
ya no se escuchan más
sus toques en la puerta
y han quedado en silencio
aquellas escaleras,
donde yo aguardé sus pasos
en mis noches de tristeza.
Mi madre está muy lejos
voló hacia una estrella,
ya no tengo más sus mimos;
mi madre era pequeña
y se empinaba
para poderme dar un beso.
Desde hace muchos años
la palabra "mamá"
desapareció de mis labios.
¡Qué raro se siente
cuando vuelvo a su casa!
solamente está mi hermana,
pero el rostro de mi madre
es un manso recuerdo.
Se secaron las lágrimas
¡hace ya tanto tiempo.!
Mis rodillas raspadas
mientras fui una niña,
ella me las sanaba;
nunca olvido su angustia
cuando yo me enfermaba,
mi madre era mi luz
en mis noches afiebradas.
Mamá, mamita,
no te olvidaré mientras haya en mí
un hálito de vida.
INGRID ZETTERBERG
Dedicado a mi amada mamá
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