miércoles, 22 de diciembre de 2021

La virtud de tu protección

 


LA VIRTUD DE TU PROTECCIÓN


Hijo amado
que llegaste
por una senda de flores
hasta mis brazos.

Una y cuarenta de la tarde
marcaba el reloj
en la sala de partos
y nacía tu voz
como un gorjeo de mi sangre;
no olvidaré tu llanto
por aquel pasillo
interminable.

Tú, mi escogido,
el que me convirtió en madre,
el que a mis veintidos eneros
me coronó de risas,
tú, mi primogénito;
sin ti no habría vida
y estarían helados mis huesos.

Mi niño,
a tus cuarenta y seis años
me ofreces tu brazo
para que mis pies no vacilen
en el camino largo.

Aún mis ojos cansados
dependen de tus miradas,
y me cubre la virtud
de tu protección
y tu cariñoso manto.

INGRID ZETTERBERG

Dedicado a mi amado
hijo Raphael
Año 2,019

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Vivir sin vivir

VIVIR SIN VIVIR ¡Tu larga ausencia me mataría! Vivir sin vivir no puedo. Regresa corazón, no te escondas de mis ojos... ni pronuncies ese NO...