lunes, 20 de octubre de 2025

El poder de la oración

 


EL PODER DE LA ORACIÓN

Te veo dar tus primeros pasos,
tus pininos hacia la nueva vida
de esperanza y alegría
hija amada, hija mía.

Pendiente está mi corazón de ti,
te amo con ternura
y renovadas ilusiones
como cuando eras mi niña.

Creí en mi dolor que te perdería
pero mis fuerzas se renuevan cada día.
Escucho tu risa
que doblega el silencio.

Escucho tu voz juvenil
que ha secado la fuente de mis lágrimas.
Dios atendió mi clamor,
y en su piedad me consoló.

INGRID ZETTERBERG

Dedicado a mi amada 
hija Stephanie

Derechos reservados

Angustia

  ANGUSTIA Toda angustia tiene un límite... este sentir desesperado arráncalo Dios, de mis entrañas o cualquier día de estos me dormiré para...