VIVIR SIN VIVIR
¡Tu larga ausencia
me mataría!
Vivir sin vivir
no puedo.
Regresa corazón,
no te escondas
de mis ojos...
ni pronuncies ese NO
que me destroza.
En este mullido lecho
de mi dolor,
mi alma anhela
tu manito rosa
y tu boquita de pintada flor.
Nieta del alma mía
ven a suavizar
con el caramelo
de tu mirar
la angustia que me sofoca.
Perla preciada,
de mis joyas
la más fina y rosada,
tiende tus bracitos
hacia mi cuello,
porque vivir sin vivir
no puedo.
INGRID ZETTERBERG
Dedicado a mi amada
nietecita Valeria
Derechos reservados